Estanflados

Sin dólares para mantener la actividad y con el ajuste que Milei promete, los economistas anticipan un horizonte recesivo en el corto plazo. Empezando por el presidente electo.

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Javier Milei confirmó que Luis Caputo será su ministro de Economía. Y por si hacía falta, la nominación quedó por escrito en uno de los comunicados de la denominada Oficina del Presidente Electo. El equipo del próximo titular del Palacio de Hacienda se nutriría especialmente de los socios de Caputo en Anker, la consultora cuyo trabajo sobre la dolarización habría encandilado al futuro Presidente de la República, y lo habría llevado a convocar al que fue secretario de Finanzas y luego presidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri. Según dan por hecho en la City, Caputo se quedará también con el control de la entidad monetaria. Allí recalaría Santiago Bausili, su mano derecha tanto en aquella secretaría de Finanzas como en la consultora privada. La confirmación genera resquemores en los agentes económicos ya que estaría en duda la independencia del BCRA. Milei pasaría, entonces, de la ambición de “cerrar” el Central a convertirlo en un apéndice del ministerio de Economía. Antes ya había renunciado, sin decirlo, al proyecto de dolarización, que Caputo contempla pero para otro momento, no definido.

Otros socios de Anker son Federico Furiase y Martín Vauthier. Éste último está trabajando en la transición, pero ambos fueron recibidos en días recientes por ejecutivos del Banco Comafi ante quienes contaron los principales lineamientos del plan económico del gobierno libertario. Según detalló el diario La Nación, los enviados pusieron énfasis en el programa de ajuste fiscal, que es a lo que Milei no renuncia. También transmitieron que no habrá apertura del cepo inmediato -lo que ya había adelantado Caputo en su reunión con la asociaciones bancarias- y que el tipo de cambio de equilibrio rondaría el valor de lo que reciben hoy los exportadores: unos $650 resultado de la liquidación en un 50% a dólar oficial ($360) y la mitad restante al valor del contado con liquidación, que cerró la semana en torno a los $905.

Javier Milei con su futuro ministro de Economía, Luis Caputo.

Javier Milei con su futuro ministro de Economía, Luis Caputo.

El ordenamiento de las cuentas públicas sería hasta aquí el principal instrumento económico en el inicio de la gestión Milei. Los emisarios ante los ejecutivos del Comafi sostuvieron que la meta es cerrar 2024 con déficit 0. La apuesta sería a que el ajuste se transforme en el gran motor de la confianza en un escenario en el que no habría dólares disponibles hasta que ingrese la cosecha en abril. Si bien Kristalina Giorgieva deslizó que el FMI podría suministrar recursos del denominado Fondo de Resiliencia, hay quienes descreen de que eso se pueda efectivizar. Por un lado, porque la Argentina no cumpliría con los requisitos que demanda este crédito; por otro, se estima que el FMI a lo sumo podría adelantar desembolsos destinados al repago de la deuda o bien refinanciar el programa vigente que, dijo el presidente electo, “está caído”.

Caputo y Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete, estuvieron reunidos con la N°2 del Fondo, Gita Gopinath, quien en un mensaje posterior afirmó que se discutieron “planes para fortalecer urgentemente la estabilidad” de la economía argentina. Milei no se reunió con Georgieva pero estuvo en la Casa Blanca invitado por Jake Sullivan, el influyente asesor de Joe Biden en materia de seguridad nacional. USA es el principal accionista del FMI. Milei hace los deberes: fue a Washington y desactivó un intento de visitar a Donald Trump, quien es hoy el principal contendiente de Biden en las próximas elecciones.

Milei en la Casa Blanca.

Milei en la Casa Blanca.

Sin dólares para mantener la actividad y con un ajuste que Milei promete que será mayor que cualquiera que le pida el FMI, los analistas anticipan un horizonte recesivo en el corto plazo. El primero en advertirlo fue el propio presidente electo, que auguró una “estanflación”, es decir, un período de contracción de la economía con alta inflación, como el de este año. Milei estimó que en los próximos meses los índices de precios subirán a un ritmo en torno al 15-20% mensual por las últimas medidas del gobierno que se va y por el programa que viene, que incluirá la liberación “de todos los precios que pueda”, según sus palabras. Entre ellos, el del dólar, aunque no habría unificación cambiaria, dado que no levantará el cepo en lo inmediato, lo que anticipa una convivencia con la brecha entre la cotización oficial y las alternativas, con las distorsiones que eso implica. Milei ya dijo que no eliminará las restricciones cambiarias hasta desarmar las Leliqs, el pasivo remunerado del BCRA. Lo pone como prioridad, lo que es discutido en el ambiente de los economistas. Pero quedaría descartada la posibilidad de tomar deuda en dólares para financiar la eventual fuga hacia la divisa en el desarme de posiciones en esas letras y se optaría por el canje por un bono del Tesoro.

La inminente estanflación que pronostica Milei promete un aumento del desempleo y un consecuente conflicto social. El presidente electo dijo que la “única billetera abierta” será la del ministerio de Capital Humano, donde quedará diluido el área de Desarrollo Social, que dirigirá Pablo de la Torre, y que administrará los planes sociales y atenderá a “los caídos”, como los definió Milei.

Con ese horizonte, cabe preguntarse cuál será el andamiaje político con el que contará Milei para su programa de ajuste. El líder de La libertad avanza se aleja de Mauricio Macri y busca ampliar el espectro de negociación. Designó a Patricia Bullrich como ministra de Seguridad en una negociación que prescindió de la opinión del exPresidente, a la vez que no le concedió ninguno de los lugares supuestamente pretendidos por él. El último desaire fue la nominación del riojano Martín Menem a la presidencia de la Cámara de Diputados. Macri habría pujado para que ese lugar lo ocupe Cristian Ritondo. Luego de coquetear con la idea de colocar allí a Florencio Randazzo, el libertario optó por un hombre de su propia fuerza. Hizo lo mismo en el Senado, donde propuso al formoseño Francisco Paoltroni como presidente provisional. En el comunicado de la Oficina del Presidente Electo, Milei ensayó una explicación al enmarcar su decisión en la tradición histórica de que la línea de sucesión esté integrada por “miembros del partido gobernante”. Aunque también es cierto que Cristina Kirchner empujó un poco esa decisión al hacerle saber al presidente electo que no prestaría a su fuerza para convalidar a Ritondo o a Randazzo. La vice saliente comunicó de forma pública que su posición es la de favorecer que el partido de gobierno designe a las autoridades parlamentarias. De esa forma desactivó las versiones que la ubicaban impulsando al peronismo a quedarse con la presidencia provisional del Senado o, de mínima, no pudiendo evitar esa supuesta avanzada de los propios senadores del PJ.

CFK se mete de alguna forma en la discusión por el liderazgo opositor, que no lo disputará Sergio Massa, quien ya anunció que analiza ofertas para pasar un período en el exterior trabajando en el sector privado. El excandidato presidencial del peronismo reapareció para firmar con gobernadores un acuerdo para compensar lo que las provincias perdieron por la eliminación del impuesto a las Ganancias y la reducción del IVA. Es un reclamo que los mandatarios peronistas le hicieron a Guillermo Francos, próximo ministro del Interior, a quien recibieron en la sede porteña del Banco Provincia. Milei dijo que no dará marcha atrás con la reducción de esos impuestos. En respuesta, los gobernadores, peronistas y de JxC, diseñaron un proyecto para coparticipar el 50% de lo recaudado por el impuesto al cheque. Algunos estiman que Milei vetará esa eventual ley que le quitará recursos. Pero el futuro presidente necesitará de los gobernadores para aprobar su paquete de reformas. Será una ardua negociación.