La política nacional invade las calles de La Boca
El presidente electo apoyó por Twitter el regreso de Martín Palermo, algo posible si triunfa la fórmula del ex presidente Mauricio Macri. Tras la suspensión de las elecciones por parte de la justicia el día martes, Cristina Fernández tuiteó en contra del ingeniero y la locura se desató en un campo de batalla impensado.
Las elecciones en Boca Juniors serán las últimas de un año desbordado de deber cívico, dentro de las que tienen el peso mediático suficiente para captar la atención de todos: incluso aquellos que no son fanáticos del xeneize están al corriente de todo lo que acontece en lo que promete ser una elección peleada entre el actual vicepresidente del club (y uno de los máximos ídolos de la institución) Juan Román Riquelme, y el exministro de Modernización de la Nación, Andrés Ibarra, acompañado por el expresidente Mauricio Macri.
Macri.
Tras el anuncio oficial de las listas, las diferencias entre oficialismo y oposición se profundizaron y, poco a poco, el mundo Boca (y no tanto) fue cayendo en una «grieta» que refleja casi a la perfección la realidad que atraviesa el país en todas sus aristas desde hace años. De un lado, la actual dirigencia encabezada por Riquelme defiende su gestión deportiva y muestra una imagen de defensa contra el socio, uno de los conflictos más grandes de la campaña, mostrándose cerca de ellos; del otro, Mauricio Macri promete recuperar las épocas de oro del Xeneize, como lo fue bajo su gestión, utilizando los medios tradicionales como soporte para llegar a la masa societaria de Boca.
El día martes, el Mundo Boca se desayunó con la noticia de la suspensión de las elecciones por parte de la jueza Alejandra Abrevaya debido a «irregularidades y anomalías en el padrón de socios», con conciliación obligatoria dictada para el jueves 30 de noviembre. Las elecciones ya habían sido postergadas por 24hs luego de que la DAIA solicitará que no se realizarán el día sábado 2 de diciembre para que los socios pertenecientes a la comunidad judía pudiesen participar respetando el Sabbat.
En medio de esto, tuit de Javier Milei mencionando sus ganas de regresar a La Bombonera y que eso sería posible si Martín Palermo (el histórico delantero del club de la Ribera) se convertía en el nuevo entrenador. El Titán fue el nombre que prometieron Mauricio Macri y Andrés Ibarra en caso de convertirse en Comisión Directiva. El presidente electo de la Nación también retwitteó unos días después una publicación de una cuenta afín al Ingeniero, la cual postulaba que Martín Palermo era el máximo ídolo de la institución.
El martes explotó todo: Macri e Ibarra solicitaron la baja inmediata de 13 mil socios activos que, según argumenta la oposición, fueron dados de alta sin esperar el plazo. Andrés Ibarra brindó una conferencia desde el hotel Libertador (el mismo en donde se aloja Milei) exponiendo los motivos de la presentación, mientras que Riquelme salió con los tapones de punta horas más tardes desde la sede del club, mostrando todos los triunfos de su gestión y dejando frases picantes como «Les vamos a ganar cualquier día», «Esta gente no tiene que volver nunca más al club, si vuelven lo van a privatizar» y «Se metieron con lo más sagrado, que es el hincha», mientras un gran grupo de simpatizantes acompañaba y seguía la conferencia desde la puerta de La Bombonera.
Otra polémica explotó con un protagonista impensado: Almoez Ali. ¿Quién es? El 9 de la selección de Qatar, sugerido por Mauricio Macri para «tener un buen gesto de cortesía». El expresidente admitió que había enviado «videos por WhatsApp que le había pasado un amigo de Qatar (el jeque propietario de Qatar Airways, sponsor de Boca por aquel entonces). Por una cuestión de educación, traelo al plantel, dale unos minutos en Copa Argentina, alcanzaría para quedar bien, es tu sponsor». A Román el negociado no le gustó, es de otro palo. Fue contundente con la respuesta y el qatarí jamás llegó a Casa Amarilla.
Hubo espacio para más: Cristina Fernández aprovechó el contexto para sumar un argumento más en una publicación realizada en su cuenta de Twitter contra Mauricio Macri, sumando la suspensión de las elecciones al sobreseimiento del ex presidente en la causa ARA San Juan y a la revocación de su sobreseimiento en la causa «la Ruta del dinero K». La política nacional aprovechó y usó las desprolijidades eleccionarias para poder sacar su tajada y llevar agua a su molino.
Por supuesto, el jueves no hubo conciliación: tras tres horas de reunión en el juzgado civil N°11 de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los apoderados de las listas no llegaron a un acuerdo (¿había intención de acuerdo?) tras no pactar la forma de proceder y por eso, 24 horas después, el oficialismo anunció desde sus redes sociales que habían elevado una apelación al fallo de la jueza Alejandra Abrevaya en base a las «irregularidades que presenta». Mientras tanto, el fantasma de la intervención judicial empezó a sobrevolar en las calles de La Bombonera, sumando un actor nuevo para una película dramática que aún no tiene el final escrito.
Sin elecciones, pero con mucho ruido, al parecer Boca Juniors brindará en las fiestas de fin de año en medio de un clima de hostilidad y caos. En caso de que el fallo sea revocado, el próximo domingo 10 se realizará la asunción de Javier Milei, por lo que no existe la posibilidad de llevar a cabo las elecciones ese día. La única fecha posible es el 17, pero para esto se necesitaría celeridad de la justicia para dar lugar (o no) a la apelación: en caso de hacerlo, podría ser el 17 la fecha señalada; de lo contrario, el proceso será largo y tortuoso, y habrá que esperar hasta el año que viene, feria judicial de por medio.
Por otra parte, el estatuto del Xeneize menciona que las elecciones deben realizarse «los primeros 15 días del mes de diciembre» ¿Y si esto no pasa?¿Habrá intervención?¿La Inspección General de Justicia (IGJ) se animará a meterse en una de las instituciones más populares y pasionales del mundo?
La semana termina con las estrategias de campaña (sí, estrategias de campaña. A fin y al cabo, son elecciones) que venían esgrimiendo ambos sectores a flor de piel: mientras Mauricio Macri brinda cadenas nacionales en los canales deportivos para explicar el porqué del retraso y exige elecciones con un padrón transparente, Juan Román Riquelme convocó a una marcha de hinchas en Parque Lezama, a unas cuadras de La Bombonera, para acompañar a los socios y mostrarse cercano, como ha pretendido siempre. Mientras se espera por la resolución de la Cámara Nacional de Apelaciones, el final está por escribirse.