Cómo fueron las elecciones en la escuela a la que iba Morena, entre la angustia y la bronca

Antes de las 8, en Molinedo al 3200 solo hablaban los carteles que piden justicia por el crimen que sacudió en la última semana. “Perdón, Morena. No supimos protegerte”, dice uno. “Mientras no haya justicia, no habrá paz”, se lee en otro. La calle luce desierta y apenas el canto de los pájaros y el ladrido de un perro que asoma por una terraza quiebran el silencio.

Enfrente, en la Plaza Giardino, la calesita de Don Héctor amanecio en un domingo que no la verá girar. Los feriantes de la calle San Vladimiro tampoco aparecerán hoy. De fondo, la Torre Espacial del ex Parque Interama asoma con sus luces rojas titilantes que se apagarán cuando termine de clarear.

La foto de Morena que recorrió el país en estos días permanece colgada en la puerta de la escuela, entre globos blancos ya desinflados y un papel impreso que aviso la novedad que venía circulando en redes sociales y grupos de WhatsApp: “Atención: las mesas 658, 659, 660, 661, 662, 663, 664, 665, 666 y 667 asignadas a este establecimiento se trasladaron a la Escuela Especial N°504, sita en Molinedo 1910. Disculpen las molestias ocasionadas”.

Minutos después comienzaron a llegar los primeros votantes y se enteran que deberián moverse 13 cuadras para participar de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Pasadas las 9 ya habia una larga fila en la Escuela N°504, que todavía sigue cerrada. Mientras los vecinos se amontonaban en la vereda, un cartel pegado en la pared avisaba que allí funciona un corredor de seguridad infantil.

La reubicación de los 3500 vecinos afectados por el cambio de sede altera los planes iniciales. A las 9.40, casi dos horas después del comienzo de la elección, dos oficiales de la Policía Federal informaban que ya se podia votar en todas las mesas “menos en la 662 y 663, que todavía no eran habilitadas”.

María del Carmen tiene 68 años y desde los 5 vive en el barrio. “Yo nací en la villa y mi mamá se rompió el lomo para sacarnos. La inseguridad es algo que acá nos preocupa a todos hace bastante. Es triste que tengan que matar a una nena que iba a la escuela para que se vea una reacción. Y quién sabe cuánto durará esa reacción”, dice.

“Ya me jubilé, pero cuando trabajaba, salía de casa a las 4.30 de la madrugada y muchas veces me robaron. Todos tenemos una Morena en casa. Yo tengo ocho nietos de distintas edades. Algunos van a la escuela a la que iba Morena y fuimos con ellos al banderazo para pedir justicia”, profundiza, y concluye: “Si todavía no me fui del barrio es por mis nietos”.

Carlos, otro de los vecinos, interviene: “Yo voté siempre en la 60 y hace un rato me enteré de que tenía que venir acá”. Mira el reloj con preocupación porque -avisa- debe ir a trabajar, y vuelve sobre el tema recurrente: la inseguridad. “Hoy voto con bronca por lo que le hicieron a Morena. A esa familia nadie le va a devolver la hija, la hermana y la nieta que perdieron, pero ojalá esto no quede así. Que al menos sirva para que en un futuro podamos decir que cambió algo”, amplía.

“Acá no podés salir a trabajar, ni tus hijos pueden ir al colegio porque los matan por un celular, la mochila o las zapatillas”, se suma Romina. “Vivo a tres cuadras del lugar donde mataron a Morena y te puedo asegurar que es zona liberada. Los primeros patrulleros que vi fueron en estos días, después de lo que pasó”, cuenta.

Aynara cumplirá 16 años en los próximos días y es la primera vez que vota. “Yo estaba en la primera hora de clases cuando me enteré lo que pasó con Morena, y me parecía increíble votar en el mismo lugar, hasta que me dijeron que al final nos pasaban a esta escuela”, dice.

“¿Qué le pueden robar a una nena que va al colegio? Una mochila o un celular, nomás”, se lamenta, y concluye: “No podemos ir a clases con miedo, no es justo. Ojalá cambie algo y que esto no se repita nunca más”.